17.8.15
SE INAUGURO X CONGRESO EUCARISTICO Y MARIANO EN PIURA
En la mañana el Congreso Teologico
En los ambientes de estreno del moderno auditorio de la Universidad Nacional de Piura se inauguró hoy el Congreso Teológico que forma parte del programa preparado para el X Congreso Nacional Eucarístico y Mariano que se vive en nuestra Piura del 13 al 16 de agosto.
Con la presencia de las máximas autoridades civiles y militares de nuestra ciudad, así como de distinguidos invitados nacionales e internacionales se dio inicio a la ceremonia de inauguración con las palabras de bienvenida de Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura.
El Eminentísimo Señor Cardenal Raúl Eduardo Vela Chiriboga, Enviado Especial del Santo Padre, el Papa Francisco, realizó la bendición y develó una placa recordatoria en los ambientes del nuevo Salón de Usos Múltiples de la Universidad Nacional de Piura, que alberga a los asistentes al Congreso Teológico durante estos días, el cual tiene el nombre de Tangarará y dirigió unas palabras de agradecimiento a todos y cada uno de los integrantes de la Universidad Nacional en la persona del Dr. César Reyes Peña, rector de esta casa superior de estudios.
Como parte de la ceremonia de inauguración el Dr. Oscar Miranda Martino, Alcalde Provincial de Piura, declaró como huéspedes ilustres a los distinguidos ponentes e invitados nacionales e internacionales quienes recibieron esta distinción así como la medalla de la ciudad. El cardenal Vela Chiriboga, Enviado del Santo Padre fue condecorado y recibió las llaves de la ciudad.
Las conferencias del día estuvieron a cargo del Eminentísimo Señor Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, Arzobispo Emérito de Santiago de Chile quien disertó en torno al tema “La Eucaristía: Misterio de la Fe” y del Excelentísimo Señor Doctor Gustavo Sánchez Rojas, miembro de la Comisión Teológica Internacional de la Santa Sede quien tocó el tema “La Eucaristía edifica la Iglesia”
Las jornadas teológicas serán ocasión de reflexión, oración y celebración en este importante evento eclesial que albergará a más de 2 mil personas debidamente inscritas de Piura, Bajo Piura, Sullana, Paita, Talara, Tumbes, así como delegaciones provenientes de Lima y otros lugares del Perú.
Finalmente el Eminentísimo Señor Cardenal Raúl Eduardo Vela Chiriboga, Enviado Especial del Papa Francisco, realizó el sembrado de un árbol de …. En el frontis de los ambientes recién inaugurados, “como símbolo de nuestro compromiso con el Papa Francisco de defender nuestra casa común que es la tierra y ser auténticos señores de la creación en el marco de las enseñanza de la reciente encíclica Laudato Si del Santo Padre” indicó Monseñor Eguren.
A continuación compartimos con ustedes el texto íntegro de las palabras de bienvenida pronunciadas por nuestro Arzobispo durante la ceremonia de inauguración.
PALABRAS DE BIENVENIDA
CEREMONIA DE INAUGURACIÓN DEL CONGRESO TEOLÓGICO
Queridos Amigos: Quiero darles la más cordial bienvenida a este Congreso Teológico que con gran ilusión hemos organizado como una de las actividades principales del X Congreso Nacional Eucarístico y Mariano.
Sabemos que en un Congreso Eucarístico, la Iglesia es convocada para agradecer al Señor el tesoro más grande que le ha dejado: La Sagrada Eucaristía, misterio que contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, ya que contiene al mismo Cristo, nuestra Pascua y Pan de Vida. Un Congreso Eucarístico es por tanto una ocasión preciosa para renovar nuestra fe en el Señor Jesús, realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar, y renovar la conciencia de que no hay posibilidad de alcanzar un nuevo impulso y vigor en la vida cristiana sin la Eucaristía, es decir, no hay posibilidad de santidad y de plena fecundidad evangelizadora sin ella. Como bien decía San Juan Pablo II: “Todo compromiso de santidad, toda acción orientada a realizar la misión de la Iglesia, toda puesta en práctica de planes pastorales, ha de sacar del Misterio eucarístico la fuerza necesaria y se ha de ordenar a él como a su culmen”.[1]
Al inicio del tercer milenio cristiano, los discípulos y misioneros del Señor Jesús, estamos llamados a caminar con un renovado ánimo y aliento dando testimonio visible y convincente de nuestra fe. Para ello necesitamos centrar nuestras vidas en Cristo nuestro Señor, a quien tenemos que conocer, amar y seguir más de cerca. Para ello nos es imprescindible la Eucaristía, porque en ella, “tenemos a Jesús, tenemos su sacrificio redentor, tenemos su resurrección, tenemos el don del Espíritu Santo, tenemos la adoración, la obediencia y el amor al Padre”.[2]
Asimismo nada puede vencer y remediar mejor el grave peligro del secularismo que nos acecha así como sus expresiones más peligrosas como son el agnosticismo funcional y el relativismo moral y ético imperante en nuestro tiempo, que el misterio eucarístico que nos revela que la realización de lo humano encuentra en el Señor Jesús su posibilidad y su modelo pleno.[3]
Los Congresos Eucarísticos, tienen por finalidad hacer de la celebración de la Eucaristía el centro y el culmen a la que se dirijan todos los actos y los diversos ejercicios de piedad. Asimismo buscan fomentar la adoración del Santísimo Sacramento y las procesiones eucarísticas públicas, todo en un ambiente de piedad que despierta el sentido fraterno de la comunidad eclesial. Pero también los Congresos Eucarísticos reclaman una reflexión teológica y catequética sobre la Eucaristía, especialmente en cuanto que es misterio de Cristo vivo y actuante en Su Iglesia. Esta es la finalidad del Congreso Teológico que estamos inaugurando el día de hoy.
Saludo afectuosamente a todos los participantes presentes, especialmente a los que han venido de las diferentes provincias de Piura, Tumbes y del Perú, y a todos los que nos acompañarán a lo largo de estos tres días de reflexión y encuentro.
A los conferencistas mi amistad y gratitud por haber aceptado venir dejando múltiples responsabilidades pastorales y personales, y por las valiosas reflexiones que compartirán con nosotros en estas jornadas, reflexiones que estoy seguro contribuirán a la contemplación del “rostro eucarístico” de Cristo, mostrándonos con inteligencia y ardor la centralidad de la Eucaristía en la vida de la Iglesia, pues la Iglesia vive, se alimenta y se edifica del Cristo eucarístico.
Permítanme dar la más cordial bienvenida al Eminentísimo Señor Cardenal Raúl Eduardo Vela Chiriboga, Arzobispo Emérito de Quito – Ecuador, quien ha sido designado por el Santo Padre, el Papa Francisco, como Su Enviado Especial al X Congreso Nacional Eucarístico y Mariano.
Asimismo saludar a nuestros conferencistas de estos días: El Eminentísimo Señor Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, Arzobispo Emérito de Santiago de Chile, el Eminentísimo Señor Cardenal Gérald Cyprien Lacroix, Arzobispo de Quebec y Primado del Canadá, a Monseñor Eduardo María Taussig, Obispo de San Rafael en la Argentina, al Reverendo Monseñor Eduardo Chávez Sánchez, cofundador del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos y Canónigo de la Basílica de Guadalupe, al Reverendo Padre Mauro Gagliardi, Consultor de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, al Doctor Guzmán Carriquiry Lecour, Secretario Encargado de la Vicepresidencia de la Pontificia Comisión para América Latina de la Santa Sede y al Señor Doctor Gustavo Sánchez Rojas, miembro de la Comisión Teológica Internacional del Vaticano. Finalmente también un saludo a Monseñor Alfredo Horacio Zecca, Arzobispo de Tucumán en la Argentina, cuya Arquidiócesis será sede el próximo año del XI Congreso Nacional de ese país hermano al que nos unen los vínculos de la fe cristiana y de la historia. Gracias también a mis hermanos Obispos del Perú presentes, en especial a Monseñor Salvador Piñeiro García-Calderón, Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana.
Mi saludo a las autoridades regionales y locales de Piura: Al Señor Reynaldo Hilbck Guzmán, Gobernador Regional, a la Señora Olga Aquino Huamán de Córdova, Gobernadora Política, al Doctor Oscar Miranda Martino, Alcalde Provincial de Piura, y al Señor Luis Ramírez Ramírez, Alcalde Distrital de Castilla, distrito que nos acoge estos días.
Finalmente no puedo dejar de agradecer a la Universidad Nacional de Piura, en la persona de su Señor Rector, el Doctor César Reyes Peña, por la acogida y el apoyo para la realización de este Congreso Teológico en este campus universitario, y en este salón de usos múltiples que estamos inaugurando con este evento.
Queridos hermanos: Vivamos estos días santos en unidad y comunión, aquella que sólo Jesús Eucaristía puede hacer surgir entre nosotros. “El don de Cristo y de su Espíritu, que recibimos en la Eucaristía, cumple con plenitud sobreabundante los anhelos de unidad fraterna que alberga el corazón humano y, al mismo tiempo, los eleva muy por encima de la simple experiencia convival humana. Mediante la comunión con el Cuerpo de Cristo, la Iglesia llega a ser cada vez más lo que debe ser: misterio de unidad «vertical» y «horizontal» para todo el género humano. A los brotes de disgregación, que la experiencia cotidiana muestra tan arraigados en la humanidad a causa del pecado, se contrapone la fuerza generadora de unidad del Cuerpo de Cristo. La Eucaristía, formando continuamente a la Iglesia, crea también comunión entre los hombres”.[4]
Ponemos en las manos y en el Inmaculado y Doloroso Corazón de Santa María todos nuestros trabajos de estos días. Mirándola a Ella vemos la fuerza transformadora que tiene la Eucaristía, vemos a la Iglesia y al mundo renovados por el amor, y así con Ella y bajo su guía, preparémonos a vivir dos grandes acontecimientos católicos: El Jubileo Extraordinario de la Misericordia y el Sínodo de los Obispos sobre la Familia, para que contemplando con la Madre el “rostro eucarístico” de su Divino Hijo, sepamos descubrir que Jesucristo es el “rostro de la misericordia del Padre”, y a la Familia, como pequeña Iglesia que junto con la vida, encauza la ternura y la misericordia divina. Con el Santo Padre les digo: “Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante!”.[5]
Muchas gracias.
San Miguel de Piura, 13 de agosto de 2015
(1] San Juan Pablo II, Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, n. 60.
[2] Ibid.
[3] Ver Gaudium et spes, n. 22.
[4] S.S. Benedicto XVI, Discurso a la Plenaria del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales, 11-XI-2010.
[5] S.S. Francisco, Homilía en la celebración penitencial “24 horas para el Señor”, 13-III-2015.