25.11.08
LA AUSENCIA DEL ESCARABAJO DE ORO
Por Miguel Godos Curay
Los jóvenes poetas y escritores del grupo Magenta se anticiparon en conferirle, con singular gratitud cerebral, el "Escarabajo de oro" como reconocimiento a la vena literaria al escritor y maestro sullanense Víctor Nemesio Borrero Vargas. Víctor Borrero, murió ayer a las 12.30 en el Hospital Regional. Las letras de Piura están de duelo. Abogado de profesión se dedicó a la literatura con admirable pasión siguiendo las huellas de López Albújar. Víctor, nació un 2 de agosto de 1943 hijo de don Juan Agustín Borrero Vivanco y de doña Luz Victoria Vargas Quevedo. Una bíblica familia con raíces peruanas y ecuatorianas.
Como señala su biógrafo Sigifredo Burneo en Borrero se deslizan las profundas vivencias rurales de un próspero ganadero de Sabiango (Loja), su padre, y sus inquietos hijos llevados a la ciudad para cumplir con las obligaciones de la educación formal. Piura y Loja son un continuo geográfico lleno de vivencias e historias repetidas de boca a oreja en el imaginario del escritor. En este mundo transcurrió su infancia. Entre el aroma de la tierra, el bramido de las quebradas tras las lluvias. Los cantos de los pájaros. El colorido paisaje, el inconfundible aroma de la tierra de la hacienda y las historias de las buenas gentes. Como sostiene Carlos Camino Calderón en sus "Tradiciones de Piura" los sullaneros no se ofenden de ser "los ecuatorianos" del Perú.
De su madre -evocaba Borrero- era amante de la lectura y como consecuencia de su adhesión a Haya y el Partido Aprista sufrió persecución. Nada la arredró para brindar a sus hijos una educación esmerada pero con sensibilidad social. Llegó al colegio de los Hermanos Maristas en Sullana, y de allí salió abruptamente, a continuar su estudios en el Colegio Ignacio Merino de Talara. En aquel entonces mencionar a Marx, Lenin y al propio Fidel Castro en religiosos del post franquismo era tentar al mismo diablo. En Talara la educación para un joven inquieto como Borrero tenía el ingrediente de una ostensible preocupación por la calidad y el progreso. La IPC distribuía entre los estudiantes ejemplares de la revista Fanal en la que publicaban las mejores plumas del Perú. Se estimulaba la lectura en las aulas antes que el reclinatorio.
Se formó universitariamente en San Marcos en donde ocupó el primer puesto. Tuvo el privilegio de concurrir a la antigua Casona de San Marcos y frecuentar a maestros como Luis Alberto Sánchez, Jorge Pucinelli y Luis Valcárcel. Se tituló de abogado un 4 de noviembre de 1968, fecha del aniversario de Sullana. Entre sus obras están:"El alma de Torres" (1987); "Cuentos Tallanes" (1989); "Nuevos cuentos tallanes" (1991), "Jijuneta y alma mía", (1991); "Los Bandoleros de San Tolino", (1992); "Tangarará", (1993); "Derrama tu sangre" (1994); "Tres mujeres contra el mundo" (1995); Happening en la milla seis", (1997), "El sueño de Onésimo" (1990). Últimamente en el 2006 obtuvo por tercera vez el Trofeo Copé en la XIV Bienal de Cuento auspiciada por Petroperu, con el cuento Allco.
Allco es un cuento escrito en prosa castellana del siglo XVI y los personajes son tanto personas como perros. Allco (perro en quechua) alude al informe de un funcionario colonial al alcalde de Trujillo, sobre los "perrerías" sangrientas que practicaba Melchor Verdugo y su perro de caza. Otra es la historia que Víctor una tarde me contó en su casa espaciosa y fresca del jirón Grau. La historia increíble de Pipo, su perro, que en un rapto de amor atravesó en plena lluvia la quebrada pero cuando se esperaba un trágico desenlace apareció acompañado de otro can en la puerta de su casa. Pipo, era todo un personaje y hasta los traseros respingados de Sullana no fueron ajenos a sus mordiscos. Alguna vez escribí en La Primicia una crónica sobre este perro noble que según su amo, que hoy guarda profundo silencio, demostró que la solidaridad es la más grande virtud de los perros. Víctor Borrero, el escarabajo de oro, descansa en paz. No son ajenos a sus ojos el color del cielo y a su corazón el aroma inconfundible de la tierra.