11.6.09

 

Las creencias en el cerro Pilán
Por Edgardo Carrasco Rojas
ecfranco21@gmail.com

Hace poco estuve en el cerro Pilán, y como hace muchísimos años las creencias y temores de los lugareños por el misterioso cerro siguen vivas a pesar de que se viven tiempos modernos. Es muy fácil sacar conclusiones el porque de los temores cuando alguien o un lugareño de los caseríos de Franco, Solumbre, Piura La Vieja, Talanquera y El Chorro, se les habla de la bondades y peligros de Pilán, inmediatamente lo vinculan a una serie de hechos misteriores que ocurren de cuando en vez en su interior.
Más de un lugareño sobre todo los de Franco y Solumbre sostienen que por la atardecer y las noches se oye aullar a un perro o también escuchan a una orquesta en plena ejecución. Los sonidos de la orquesta y el aullido del perro salen desde el interior del cerro, según narra Hilario Escobar Céspedes, natural del caserío de Franco que el perro, quedó encantado por los años 60 del siglo pasado, y era propiedad de Serapio Montalbán Romero, quien muy a menudo y desde temprana edad visitaba el cerro hasta la adultez acompañado de su padre Teófilo Montalban; sobre estos dos personajes cabe precisar que están vinculados al hallazgo de más de una docena de ladrillos de oro en las profundidades del cerro Pilán allá por los años 1940, entonces Serapio era un niño y según el relato de familiares cercanos éste acompañaba a su padre Teófilo a pastar las cabras en los frondosos bosques del cerro cuando de repente encuentran en una hoyada varios ladrillos de oro. Según testimonios fidedignos dan cuenta que los dos hombres luego de terminar la faena del pastoreo a eso de las cinco de la tarde cuando quisieron regresar al caserío de Franco, no podían encontrar el camino de retorno a pesar de que hacían los esfuerzos necesarios para hallar una salida, pero volvían al mismo punto en donde habían encontrado los ladrillos de oro. La noche se acercaba entonces Teófilo pensó de que el problema era los ladrillos que las llevaba en la alforja determinando por botarlas, luego de la determinación ambos hombres por fin encontraron el camino de salida a Franco; pero historia se motivo de un artículo post con todos los detalles y con datos muy puntuales.
Lo cierto del caso es que más de una persona aún en estos tiempos sigue escuchando aullar al perro. Así como el perro encantado existen una serie de historias que hacen del Pilán un cerro temido, porque según los lugareños los pueden encantar, es por eso que casi nadie se atreve a andar sólo por esos lugares, siempre se hacen acompañar de otra persona.
Para la gente de los lugares mencionados el cerro Pilán impone respeto a sus anchas y otros señalan que el cerro les roba sus rebaños para saciarse con la sangre, desde luego los animales quedan encantados y de vez en cuando se les oye balar. Pero así como existe gente que le guarda enorme respeto al cerro hay otros que minimizan los hechos misteriosos que ocurren cada cierto tiempo.
Por ejemplo para Luis Mariano Peña Sancarranco que también ha tomado interés en descifrar los misterios del Pilán, sostiene que son sicosociales o cortinas de humo y puro invento los que se dice del cerro. "Yo conozco muy bien el cerro y desde niño lo he visitado innumerables veces y nunca he escuchado o visto algo raro o fuera de lo común", sostiene Peña.
Otro lugareño por razones obvias no se quiso identificarse sostuvo , "más bien el cerro ha sido utilizado por personas de lo ajeno para cometer sus fechorías. Ahí por ejemplo se han encontrado en años anteriores varios cadáveres, probablemente los mataron en otro lugar y lo por estratégico de la zona los botan ahí".
Lo que sí está confirmado y así lo señala el escritor Carlos Espinoza León, que el cerro Pilán fue refugio insospechable de bandas dedicadas al bandolerismo entre ellas la banda del mítico bandolero Froilán Alama. El cerro era preferido porque en su interior existen cuevas o túneles que sirvieron para el escondite ideal y para desviar la atención de los gendarmes en entonces.
Enrique López Albújar, en su ensayo "Los caballeros del delito, hace mención de presencia de las bondoleras hermanas Palma en las estribaciones del misterioso cerro. Otro bandolero que tuvo su cuartel general en el cerro Pilán allá por los años 30 del siglo pasado fue Andrés Colato, hombre de un físico impresionante y temido por su mirada penetrante. Los testimonios dan cuenta que siempre montaba en una mula.
Otro detalle importante del cerro es que en los últimos años se le vincula a la presencia de OVNIS. Sobre este punto son muchos los estudiosos que se han ocupado de este evento y uno de ellos es el ufólogo Antonhy Choy. Pero qué piensa la gente lugareña de estos fenómenos. Sólo atinan a decir que durante muchas décadas atrás vienen observando fuertes luces luminosas en la cima del cerro.
En lo que si deben creer los lugares, las autoridades del Instituto Nacional de Recursos Naturales y las autoridades edilicias del distrito de Morropón, es la constante deforestación del bosque seco del cerro Pilán. La tala indiscriminada es dolorosa sobre todo la especie de hualtaco que existe en cantidad en diferentes partes de cerro y las estribaciones los algarrobales casí ya no existen. Pero ¿ quiénes son los que realizan diariamente la ilícita labor indiscriminadamente?.
Hemos identificado a dos grupos: el primer grupo son los mismos vivientes cercanos al cerro que hacen uso irracional de la madera y leña del cerro; unos se afianzan de leña para comercializarla y otros para el consumo domestico. El otro grupo son leñadores de Morropón, quienes todos los días se les ve ir con sus burros y carretas. Estos hacen lo que se les da la gana depredando lo poco que queda del cerro y nadie dice nada.


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