2.11.09
¿DONDE VIVIO MANUELITA SAENZ?
Por: Miguel Godos Curay
Una menuda y calenturienta polémica, ácida como el zumo de la anana verde, se ha suscitado en Paita por la colocación de una efigie de Manuelita Saénz en la casa del viejo barrio de La Figura.
Se piensa que doña Manuela exiliada en Paita llevaba mejor vida y no fue así. La patriota quiteña vivía en la suma pobreza y a expensas de la caridad de generosas familias afincadas en el puerto. Por eso crece en acierto la hipótesis de Juan José Vega, Manuel Dammert y Otto Morales Benites que doña Manuelita disfrutara de la hospitalidad porteña en varios rincones.
El poeta paiteño Teodoro Garcés habla de una casa en el tradicional barrio de la Punta "cofre del sublime amor". La afirmación no es inverosímil porque la casa de Alejandro Rudens, Cónsul Americano que alojó a Manuelita, quedaba en este sector.
La casa en donde se ha colocado la efigie es la misma que fotografió en 1922 don Pedro Montero a pedido del doctor Julio Villegas, Cónsul de Colombia en el Perú por encargo del Plenipotenciario doctor Fabio Lozano Torrijos.
En la ubicación precisa colaboró don Francisco López un "caballero de elevada figuración social de la localidad". "Se trata de una casa rústica de cañas y barro, con un techo pajizo….en 1922 -anota Evaristo san Cristóbal- "se encuentra bastante deteriorada y maltrecha" La misma, en efecto, se encuentra en el Zanjón y según el diligente doctor Villegas, quien ejerció el Ministerio Público por espacio de 17 años, la modesta residencia de Manuelita es propiedad de doña Tomasa Agurto de Vásquez madre de las señoras Felixar Vásquez de Artadi, Ventura Vásquez de Pérez y Tomasa Vásquez de Rentaría.En carta dirigida al General Juan José Flores el 30 de enero de 1842 Manuela escribe lo siguiente: "…estoy miserable como jamás lo creía y a veces me dan ganas de darme un balazo…".
Quienes piensan que Manuelita estaba cruzada de brazos se quedarán turulatos con su agudeza para abordar temas políticos que con el seudónimo de María de los Ángeles Calderón comunicaba a don Ángel Calderón, su compadre, el general Juan José Flores. Y resulta cursi imaginar a una mujer inteligentísima.
Lo eran también sus negras como la Juana Rosa que sabía leer y escribir. Desentendida de la política.Las cartas de Manuela Saénz a Flores que se conservan corren entre 1837 a 1846. En el Expediente judicial de declaración de pobreza de fecha 29 de noviembre de 1847 y en el poder que otorga a su abogado Cayetano Freyre, documento que existe en el Archivo General de la Nación, éste declara: "mi representada reside en Paita en el estado más miserable de pobreza, sin tener de qué vivir y habitando una desdichada buhardilla, incrustada en la miseria…".
Más adelanta detalla lo siguiente:" Si doña Manuela tuviese propiedad suya, no se encontraría hoy en Paita, viviendo en una buhardilla miserable, tirada en una hamaca sin poder moverse por tener dislocado un hueso del cuadril; no tendría necesidad de ser alimentada y vestida a expensas de la piedad de sus amigos; porque esta humillación no la soporta la persona que tiene de que subsistir, ni menos la toleraría mi representada en su extrema delicadeza; ni tampoco habrían personas que le prestasen sus auxilios en semejante caso…
"Para confirmar el estado de pobreza de Manuela Sáenz dieron su testimonio el Diputado Eugenio Raygada, Manuel Mujíca, el cónsul Alejandro Rudens Jun quien daba a Manuela trabajos de traducción del inglés al español, el coronel don Cipriano Delgado encargado de la Gobernación de Piura. Rudens, declara en autos, que: "el declarante por más de cinco años le ha ministrado el alimento para su subsistencia.
Que eso es público y notorio en aquel lugar, pues otras personas animadas también del mismo espíritu caritativo, la auxilian con otras cosas necesarias para conservar su existencia…".
En los momentos más duros Manuelita fue huésped de Rudens.Manuela Sáenz era comadre de Tadea Castillo casada con José María Orejuela. Doña Manuel Sáenz fue madrina de Simón Francisco (1838), de Manuela de la Circuncisión (1841), de Paula (1843) y Alejandro de la Natividad (1845). Doña Tadea era conocida en Paita como "La Morito" con el mismo sobrenombre se llamaba a su hija Paula quien entrevistada en 1922 por Luis Alberto Sánchez indicó que la casa en la que vivió su madrina era la que ocupaba la tienda del chino Ricardo Wong. Esta información la confirme del propio LAS.
Lo cierto es que Manuelita rodó por la escalera del altillo en que vivía y no volvió a caminar. Por este motivo mudó de morada. Entonces se postró en una hamaca. Así la encontró en 1856, el año de su muerte, Ricardo Palma:"…mi cicerone se detuvo a la puerta de una casita de humilde apariencia. (no habla Palma que es muy minucioso de subir escaleras).
Los muebles de la sala no desdecían en pobreza. Un ancho sillón de cuero con rodaje y manizuela, y vecino a éste un escaño de roble con cojines forrados en lienzo; gran mesa cuadrada al centro; una docena de silletas de estera, de las que algunas pedían inmediato reemplazo; en un extremo, un tosco armario con platos y útiles de comedor, y en el opuesto una cómoda hamaca de Guayaquil". Aquí murió Manuelita el 23 de noviembre de 1856.