23.12.09
La verdad entre el periodismo y lo real
Antonio Rico puso en el centro del debate para este año, el rol de los periodistas: su manera de “contar” la realidad y la tarea que se les confía de tender puentes entre el poder y la opinión pública.
El periodismo argentino, no está fuera de las vaivenes del país y por eso la labor del periodista está siempre en la cuerda floja; en un atento y discreto equilibrio deben mantener distancias de prudente cercanía con los políticos y también con el ciudadano de a pie.
Así las cosas los periodistas deben interpretar los discursos de los políticos pero también los de la ciudadanía. De allí la dificultad de la tarea en este convulsionado verano político argentino donde un funcionario – titular del Banco Central- compara y mide su autoridad con la de la misma presidenta.
Esta labor se torna casi embarazosa al tener que comunicar lo que a simple vista son dos países: el país con record económicos en su temporada turística y el anti-país de las predicciones de Lilita Carrió.
En este escenario, con verdades huidizas, sería sencillamente lamentable que los periodistas creyeran que la vocación por la verdad pasó de moda porque de inmediato estaremos colocados en “un concurso de mentiras”.
Evidencias y entornos En Santa Fe, la realidad se pone esquiva y se escurre entre datos de presupuestos, reformas fiscales y reclamos salariales insatisfechos.¿Cual es la verdad? ¿ Quien tiene razón?.
La respuesta no es fácil pero baste con recordar los dichos del secretario general de la FESTRAM, Claudio Leoni, al señalar que el sistema fiscal de la provincia debe permitir que “paguen los que más tienen”.
A nivel nacional, la inscripción para “el concurso de mentiras” pareció abrirse en las últimas horas del 28 de junio pasado cuando ciertos sectores de la oposición, con el mero afán de posicionarse en la carrera de poder, comenzaron a urdir enredos.
De allí en adelante la realidad nacional se tiñó de exageraciones y renuncios cuidadosamente guiados por los subterfugios mediáticos de algunos periodistas que confundieron su labor de mediadores entre políticos y ciudadanos.
De tal manera, parece que el 2010 nos espera plagado de mentiras - mediáticas y políticas- y operaciones periodísticas; y entre tanto embuste será difícil reconocer lo verdadero. Seremos todos nosotros, entonces, los que deberemos poner barreras para que la mentira no se imponga.
Quizás como parte de la solución intentemos volver al viejo concepto que dice: “La verdad es paciente pero la mentira siempre está apurada”.
Que es como recordar el dicho romano de que la verdad es hija del tiempo. 31 de enero de 2010 (derf) http://www.derf.com.ar/despachos.asp?cod_des=317307&ID_Seccion=30&fecemi=%2030/01/2010
