25.4.11
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“ESTÉN SIEMPRE DESPIERTOS CON SU FE Y DEN TESTIMONIO DE ELLA CON SUS VIDAS”
Domingo de Resurrección en Catacaos y Castilla
Desafiando el cansancio y el sueño, los fieles católicos de Catacaos llegaron hasta la Parroquia San Juan Bautista colmando su capacidad completamente, para celebrar la Misa de la Aurora de la Resurrección, a las 4 de la mañana, la que fue presidida por Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura y concelebrada por el párroco del lugar, el R.P. Manuel Curay. También estuvieron presentes Danilo Yerlequé, Gobernador de Catacaos y José Pablo Castro, Alcalde Distrital de Catacaos.
Monseñor Eguren manifestó su profundo dolor por los hechos vandálicos ocurridos en los días iniciales de la Semana Santa en Catacaos. “Se trata de un pequeño grupo que hizo ruido pretendiendo con ello manosear la fe cristiana con sus interés particulares y políticos. No permitan que unos cuantos distorsionen estos días santos. El camino cristiano es el del amor, del servicio, de la búsqueda del bien común y no del bien personal”, afirmó.
Nuestro Pastor hizo un llamado a las autoridades y a todos los lugareños a que, siguiendo el ejemplo de Jesús, “trabajen unidos por la grandeza de Catacaos y por el bien de todos. Somos hermanos porque creemos en un solo Dios, un solo bautismo, una sola fe.”
Asimismo, Monseñor Eguren destacó que la presencia numerosa de fieles en la Misa de la Aurora "es un hecho patente de la gran fe que tiene Catacaos, lo cual se traduce en “amor a Dios”: Están despiertos esperando el amanecer, están despiertos esperando la luz de la Resurrección, esperando en definitiva a Jesús, quien ha vencido al pecado y a la muerte.”
Nuestro Arzobispo afirmó que “la fe de Catacaos, demostrada en diversas manifestaciones de piedad en estos días de la Semana Santa, se constituye en una gran reserva espiritual de la Región Piura y del Perú. Por ello los exhorto: estén siempre despiertos con su fe, testimonien con sus vidas a Jesús, el Camino, la Verdad y la Vida."
Al finalizar la Misa Monseñor Eguren, las autoridades y los fieles que repletaron las calles aledañas a la Plaza principal de la ciudad, rindieron homenaje a Cristo Resucitado y presenciaron el glorioso encuentro de Jesús Resucitado y su Santísima Madre María, cuyas imágenes fueron cargadas por las Hermandades correspondientes en medio de cantos, oraciones y espontáneos aplausos.
“SOMOS UNA GRAN FAMILIA QUE ES LA IGLESIA”
A las 9 de la mañana Monseñor Eguren celebró con una Santa Misa el Domingo de Resurrección con los fieles de Castilla, en la Parroquia Nuestra Señora del Tránsito, siendo concelebrada por el párroco del lugar, el R.P. Martín Chero. También estuvo presente la Sra. Violeta Ruesta, Alcaldesa del distrito de Castilla.
Monseñor Eguren recordó a los presentes que la liturgia de la Vigilia Pascual celebrada la noche anterior presenta variados y significativos signos: "la luz del cirio pascual, que permanecerá encendido en todas las actividades litúrgicas durante los próximos cincuenta días, nos habla de Cristo, del Resucitado en el que la luz ha vencido a las tinieblas. El agua, por su parte, es el elemento que da vida en la aridez. Se hace así imagen del Sacramento del Bautismo, que nos hace partícipes de la muerte y resurrección de Jesucristo.”
Nuestro Arzobispo recordó las palabras del Papa Benedicto XVI en torno al Bautismo, quien lo define como “el sacramento por el cual Cristo une su existencia a la nuestra”. “Es decir, a los bautizados Jesús los hace partícipes de su victoria sobre el pecado, sobre la muerte, para darnos la salvación y la vida eterna. Unidos a Cristo estamos también unidos entre nosotros, es decir, estas palabras nos llevan a reflexionar en el misterio de la Iglesia. Somos una comunidad de creyentes, somos los discípulos del Resucitado. Por lo tanto, el Bautismo nos hace formar parte de esta gran familia que es la Iglesia”.
Monseñor Eguren también destacó como ejemplo luminoso de fe y vida al Papa Juan Pablo II, quien el domingo 01 de mayo será Beatificado por Benedicto XVI. Asimismo, invitó a los presentes a participar en las actividades que la Arquidiócesis Metropolitana de Piura está organizando para ese día, especialmente la Misa de Acción de Gracias por la Beatificación, encuentro que se iniciará desde la 9 de la mañana en el Coliseo Don Bosco.
Con profundo gozo los cientos de fieles que abarrotaron la Catedral de Piura, se dispusieron a celebrar la Solemne Vigilia Pascual, la victoria de Jesús sobre el pecado y la muerte, la Resurrección de Cristo. La celebración eucarística fue presidida por Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura quien exhortó a los presentes a “alabar a Dios con alegría porque Cristo venció a la muerte y al pecado y nos trae la luz y la salvación a nuestras vidas.”
Monseñor Eguren bendijo el fuego nuevo en el atrio de la Catedral y tras el ingreso procesional con el cirio pascual y el canto del pregón pascual, presidió la Liturgia de la Palabra en la que se recuerdan las maravillas que Dios ha realizado para salvar al primer Israel, y cómo en el avance continuo de la Historia de la salvación, al llegar los últimos tiempos, envió al mundo a su Hijo, para que, con su muerte y resurrección, salvara a todos los hombres.
Nuestro Arzobispo explicó en la homilía que la liturgia de la Vigilia Pascual nos habla de muchos signos: “La luz del cirio pascual nos habla de Cristo, del Resucitado en el que la luz ha vencido a las tinieblas. El agua, por su parte, es el elemento que da vida en la aridez. Se hace así imagen del Sacramento del Bautismo, que nos hace partícipes de la muerte y resurrección de Jesucristo.”
“La luz de nuestra vida – agregó Monseñor Eguren – viene de Jesús. Las tinieblas son símbolo de pecado, del mal, de inseguridad. Nuestra vida está hecha para la luz y Cristo es el único que puede iluminar tu vida. Esta es la luz que debemos seguir, que debemos dejar que encienda nuestra vida y la del mundo, luz que nos hace libres, nos hace vivir en justicia, en hermandad. Cristo es la luz que se constituye en fundamento estable sobre el cual podemos construir nuestra vida y caminar con Él confiados, sin caer en las garras de las tinieblas”.
“Qué hermoso sería que por tu santidad de vida, por tu coherencia de vida cristiana encendieras este mundo. En cada uno de nosotros está la luz de Cristo y la hemos recibido el día que nos bautizamos. Debemos cuidar esa luz, protegerla, hacerla crecer, para encender, iluminar, transformar tu vida y la de los demás. ¿Cómo puedes hacer crecer esa luz? Con una vida cristiana intachable, con la participación en los sacramentos, especialmente la confesión y la eucaristía, con la asistencia a la misa dominical, acercándote con piedad a Santa María, con la vivencia de la caridad, especialmente hacia los más necesitados”, agregó nuestro Pastor.
Durante esta celebración un grupo de nueve catecúmenos recibieron de manos de Monseñor Eguren el Santo Bautismo y los Sacramentos de Iniciación Cristiana. Nuestro Pastor los alentó a “atesorar este acontecimiento como el más importante de sus vidas, pues han recibido por el Bautismo la vida de Cristo, el hombre nuevo y perfecto y la vida eterna”.
Finalmente, Monseñor Eguren dijo a todos los presentes: "¡Feliz Pascua! Que el Señor resucitado colme nuestras vidas de esperanza, de aquella que brota de saber que Él ha resucitado y ha vencido para siempre el pecado y la muerte.”
“ESTÉN SIEMPRE DESPIERTOS CON SU FE Y DEN TESTIMONIO DE ELLA CON SUS VIDAS”
Domingo de Resurrección en Catacaos y Castilla
Desafiando el cansancio y el sueño, los fieles católicos de Catacaos llegaron hasta la Parroquia San Juan Bautista colmando su capacidad completamente, para celebrar la Misa de la Aurora de la Resurrección, a las 4 de la mañana, la que fue presidida por Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura y concelebrada por el párroco del lugar, el R.P. Manuel Curay. También estuvieron presentes Danilo Yerlequé, Gobernador de Catacaos y José Pablo Castro, Alcalde Distrital de Catacaos.
Monseñor Eguren manifestó su profundo dolor por los hechos vandálicos ocurridos en los días iniciales de la Semana Santa en Catacaos. “Se trata de un pequeño grupo que hizo ruido pretendiendo con ello manosear la fe cristiana con sus interés particulares y políticos. No permitan que unos cuantos distorsionen estos días santos. El camino cristiano es el del amor, del servicio, de la búsqueda del bien común y no del bien personal”, afirmó.
Nuestro Pastor hizo un llamado a las autoridades y a todos los lugareños a que, siguiendo el ejemplo de Jesús, “trabajen unidos por la grandeza de Catacaos y por el bien de todos. Somos hermanos porque creemos en un solo Dios, un solo bautismo, una sola fe.”
Asimismo, Monseñor Eguren destacó que la presencia numerosa de fieles en la Misa de la Aurora "es un hecho patente de la gran fe que tiene Catacaos, lo cual se traduce en “amor a Dios”: Están despiertos esperando el amanecer, están despiertos esperando la luz de la Resurrección, esperando en definitiva a Jesús, quien ha vencido al pecado y a la muerte.”
Nuestro Arzobispo afirmó que “la fe de Catacaos, demostrada en diversas manifestaciones de piedad en estos días de la Semana Santa, se constituye en una gran reserva espiritual de la Región Piura y del Perú. Por ello los exhorto: estén siempre despiertos con su fe, testimonien con sus vidas a Jesús, el Camino, la Verdad y la Vida."
Al finalizar la Misa Monseñor Eguren, las autoridades y los fieles que repletaron las calles aledañas a la Plaza principal de la ciudad, rindieron homenaje a Cristo Resucitado y presenciaron el glorioso encuentro de Jesús Resucitado y su Santísima Madre María, cuyas imágenes fueron cargadas por las Hermandades correspondientes en medio de cantos, oraciones y espontáneos aplausos.
“SOMOS UNA GRAN FAMILIA QUE ES LA IGLESIA”
A las 9 de la mañana Monseñor Eguren celebró con una Santa Misa el Domingo de Resurrección con los fieles de Castilla, en la Parroquia Nuestra Señora del Tránsito, siendo concelebrada por el párroco del lugar, el R.P. Martín Chero. También estuvo presente la Sra. Violeta Ruesta, Alcaldesa del distrito de Castilla.
Monseñor Eguren recordó a los presentes que la liturgia de la Vigilia Pascual celebrada la noche anterior presenta variados y significativos signos: "la luz del cirio pascual, que permanecerá encendido en todas las actividades litúrgicas durante los próximos cincuenta días, nos habla de Cristo, del Resucitado en el que la luz ha vencido a las tinieblas. El agua, por su parte, es el elemento que da vida en la aridez. Se hace así imagen del Sacramento del Bautismo, que nos hace partícipes de la muerte y resurrección de Jesucristo.”
Nuestro Arzobispo recordó las palabras del Papa Benedicto XVI en torno al Bautismo, quien lo define como “el sacramento por el cual Cristo une su existencia a la nuestra”. “Es decir, a los bautizados Jesús los hace partícipes de su victoria sobre el pecado, sobre la muerte, para darnos la salvación y la vida eterna. Unidos a Cristo estamos también unidos entre nosotros, es decir, estas palabras nos llevan a reflexionar en el misterio de la Iglesia. Somos una comunidad de creyentes, somos los discípulos del Resucitado. Por lo tanto, el Bautismo nos hace formar parte de esta gran familia que es la Iglesia”.
Monseñor Eguren también destacó como ejemplo luminoso de fe y vida al Papa Juan Pablo II, quien el domingo 01 de mayo será Beatificado por Benedicto XVI. Asimismo, invitó a los presentes a participar en las actividades que la Arquidiócesis Metropolitana de Piura está organizando para ese día, especialmente la Misa de Acción de Gracias por la Beatificación, encuentro que se iniciará desde la 9 de la mañana en el Coliseo Don Bosco.
Con profundo gozo los cientos de fieles que abarrotaron la Catedral de Piura, se dispusieron a celebrar la Solemne Vigilia Pascual, la victoria de Jesús sobre el pecado y la muerte, la Resurrección de Cristo. La celebración eucarística fue presidida por Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura quien exhortó a los presentes a “alabar a Dios con alegría porque Cristo venció a la muerte y al pecado y nos trae la luz y la salvación a nuestras vidas.”
Monseñor Eguren bendijo el fuego nuevo en el atrio de la Catedral y tras el ingreso procesional con el cirio pascual y el canto del pregón pascual, presidió la Liturgia de la Palabra en la que se recuerdan las maravillas que Dios ha realizado para salvar al primer Israel, y cómo en el avance continuo de la Historia de la salvación, al llegar los últimos tiempos, envió al mundo a su Hijo, para que, con su muerte y resurrección, salvara a todos los hombres.
Nuestro Arzobispo explicó en la homilía que la liturgia de la Vigilia Pascual nos habla de muchos signos: “La luz del cirio pascual nos habla de Cristo, del Resucitado en el que la luz ha vencido a las tinieblas. El agua, por su parte, es el elemento que da vida en la aridez. Se hace así imagen del Sacramento del Bautismo, que nos hace partícipes de la muerte y resurrección de Jesucristo.”
“La luz de nuestra vida – agregó Monseñor Eguren – viene de Jesús. Las tinieblas son símbolo de pecado, del mal, de inseguridad. Nuestra vida está hecha para la luz y Cristo es el único que puede iluminar tu vida. Esta es la luz que debemos seguir, que debemos dejar que encienda nuestra vida y la del mundo, luz que nos hace libres, nos hace vivir en justicia, en hermandad. Cristo es la luz que se constituye en fundamento estable sobre el cual podemos construir nuestra vida y caminar con Él confiados, sin caer en las garras de las tinieblas”.
“Qué hermoso sería que por tu santidad de vida, por tu coherencia de vida cristiana encendieras este mundo. En cada uno de nosotros está la luz de Cristo y la hemos recibido el día que nos bautizamos. Debemos cuidar esa luz, protegerla, hacerla crecer, para encender, iluminar, transformar tu vida y la de los demás. ¿Cómo puedes hacer crecer esa luz? Con una vida cristiana intachable, con la participación en los sacramentos, especialmente la confesión y la eucaristía, con la asistencia a la misa dominical, acercándote con piedad a Santa María, con la vivencia de la caridad, especialmente hacia los más necesitados”, agregó nuestro Pastor.
Durante esta celebración un grupo de nueve catecúmenos recibieron de manos de Monseñor Eguren el Santo Bautismo y los Sacramentos de Iniciación Cristiana. Nuestro Pastor los alentó a “atesorar este acontecimiento como el más importante de sus vidas, pues han recibido por el Bautismo la vida de Cristo, el hombre nuevo y perfecto y la vida eterna”.
Finalmente, Monseñor Eguren dijo a todos los presentes: "¡Feliz Pascua! Que el Señor resucitado colme nuestras vidas de esperanza, de aquella que brota de saber que Él ha resucitado y ha vencido para siempre el pecado y la muerte.”