2.5.11
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El Papa peregrino ya es beato
Más de un millón de fieles de diversos puntos del orbe presenciaron beatificación de Karol Wojtyla
CIUDAD DEL VATICANO (Agencias).– El papa Benedicto XVI proclamó ayer en la plaza de San Pedro “beato” a su predecesor Juan Pablo II durante una imponente y multitudinaria ceremonia que congregó a más de un millón de personas provenientes de todo el mundo en la capital italiana.
El Papa, que llevaba la casulla y la mitra de Juan Pablo II, pronunció la solemne fórmula en latín con la cual elevó a la gloria de los altares a su predecesor, con quien colaboró durante 23 años. “Concedemos que el venerado Siervo de Dios Juan Pablo II, Papa, sea de ahora en adelante llamado beato”, proclamó.
Un largo aplauso y gritos de “Santo Subito” (santo de inmediato) estallaron en la plaza, llena de gente que enarbolaba banderas de numerosas nacionalidades, entre ellas polacas, españolas y brasileñas.
La emoción también se vivió en ciudades de Latinoamérica como Lima, donde en el santuario de Santa Catalina, se realizó una procesión en homenaje del flamante beato.
El Papa peregrino ya es beato
Más de un millón de fieles de diversos puntos del orbe presenciaron beatificación de Karol Wojtyla
CIUDAD DEL VATICANO (Agencias).– El papa Benedicto XVI proclamó ayer en la plaza de San Pedro “beato” a su predecesor Juan Pablo II durante una imponente y multitudinaria ceremonia que congregó a más de un millón de personas provenientes de todo el mundo en la capital italiana.
El Papa, que llevaba la casulla y la mitra de Juan Pablo II, pronunció la solemne fórmula en latín con la cual elevó a la gloria de los altares a su predecesor, con quien colaboró durante 23 años. “Concedemos que el venerado Siervo de Dios Juan Pablo II, Papa, sea de ahora en adelante llamado beato”, proclamó.
Un largo aplauso y gritos de “Santo Subito” (santo de inmediato) estallaron en la plaza, llena de gente que enarbolaba banderas de numerosas nacionalidades, entre ellas polacas, españolas y brasileñas.
La emoción también se vivió en ciudades de Latinoamérica como Lima, donde en el santuario de Santa Catalina, se realizó una procesión en homenaje del flamante beato.